A lo largo de la historia, grandes personajes como Hipócrates, Dioscórides o Galeno han reportado sus beneficios. Dioscórides la describió en su obra sobre remedios y plantas naturales refiriéndose a ella como la «Gran Valeriana», incluso llegó a ser utilizada para el tratamiento de la epilepsia, a la cual en ese entonces se le atribuían orígenes demoniacos o místicos, la planta se usaba como un amuleto para prevenir una maldición que desembocara en los temidos ataques epilépticos.