Benjamin Franklin alguna vez afirmó que la cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices. Visto de ese modo, es comprensible que los monjes en medio de su dedicación a Dios comenzaran a elaborar cervezas.
Se dice que empezaron a producirla debido a que el agua de la época era insalubre y hervirla para hacerla cerveza, la purificaba.