Podemos mentirle a todos.. menos a Google


Seth Stephens-Davidowitz, es un científico estadounidense de datos, economista y autor que se desempeña como columnista de opinión del New York Times y profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, donde imparte un curso sobre cómo entender el comportamiento humano a través del «big data», quien trabajó como científico de datos para Google. Mediante su trabajo como analista de datos ha publicado investigaciones utilizando los datos de búsqueda de Google Trends, Wikipedia y Facebook, con el propósito de obtener información en tiempo real sobre los pensamientos y creencias de las personas que, pueda no estén dispuestos a admitir públicamente.

Después de cuatro años de investigaciones en el 2017 publicó su libro «Todo el mundo miente», donde el científico llegó a la conclusión que sólo hay alguien a quien no mentimos nunca, alguien ante quien nos desnudamos y nos mostramos realmente como somos: Google.

En uno de los capítulos de su libro afirma:

«Todo el mundo miente. Las personas mienten sobre cuántas copas bebieron antes de volver a casa. Mienten sobre la frecuencia con que van al gimnasio, el precio de sus zapatos nuevos, el haber leído tal libro. Dicen que están enfermas cuando están sanas. Dicen que llamarán cuando no lo harán. Dicen que el problema no es el otro cuando si lo es. Dicen que te quieren cuando no es así. Dicen que son felices cuando están deprimidas. Dicen que les gustan las mujeres cuando en realidad les gustan los hombres».

«Las personas mienten a sus amigos. Mienten a sus jefes. Mienten a los niños. Mienten a sus padres. Mienten a sus médicos. Mienten a los maridos. Mienten a las esposas. Se mienten a sí mismas. Y sin sombra de duda mienten en las encuestas».

El libro con sus perturbadoras conclusiones se convirtió en un éxito de ventas del New York Times y fue nombrado libro del año por PBS NewsHour y The Economist.

Según el autor, a Google le decimos lo que no le contamos a nadie más; somos capaces de revelarle nuestros miedo más profundos o nuestros sueños más íntimos. Posiblemente estarás pensando: ¿pero cómo es posible? Pues la respuesta es muy fácil: a través de los 8 billones de gigabytes que deja el total de búsquedas diarias en internet.

Stephens-Davidowitz afirmó: «Estoy convencido de que las búsquedas en Google constituyen la mayor colección de datos sobre la mente humana que haya habido nunca».

¿Cómo llegó a interesarse por las búsquedas?

Básicamente porque cuando Barack Obama era presidente de Estados Unidos, muchos de sus discursos hablaban contra el racismo y sin embargo se vio sorprendido al descubrir que se hacían muchas búsquedas de tipo racista mientras Obama predicaba lo contrario.

De aquí en adelante comenzó a investigar más a fondo y descubrió que todos mentimos todo el tiempo, incluso cuando nos hacen encuestas anónimas y todo porque queremos parecer mejores de lo que en realidad somos; así que terminamos mintiéndonos a nosotros mismos.

La investigación mostró cosas tan interesantes como perturbadoras, por ejemplo descubrió que una de las preguntas que más googlean las mujeres no es «¿Me está engañando mi esposo?» sino «¿Mi marido es gay?».

Otro de los aspectos que lo sorprendió, fue que las búsquedas relacionadas con sexo tomaban más direcciones de las imaginadas; una de las búsquedas que más lo conmocionó fue la cantidad de personas que buscan «incestos» en sitios webs tradicionales.

El autor afirmó que la gente en ocasiones tiene pensamientos extraños, pensamientos realmente feos que nunca admitiría en público tener.

Finalmente la investigación dejó en el autor una visión más oscura de la naturaleza humana de la que tenía antes.

Tal vez valga la pena echar una ojeada al libro y descubrir si nosotros mismos somos parte de ese mundo donde las mentiras están al alcance de todos, menos de Google.


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