María de Nazareth, según las corrientes cristianas, fue escogida por sus virtudes por el mismo Dios para que fuese la madre de Jesucristo y a su vez, madre de todos nosotros.
Según la tradición, María fue visitada por el Arcángel San Gabriel, quien le anunció que engendraría al hijo de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo y desde entonces la vida de María ha sido estudiada y admirada principalmente por su capacidad de interceder ante Jesucristo.