Ginkgo biloba, el árbol de la longevidad


Para tratar los problemas relacionados con la senilidad, a los miembros de la corte real en China, se le ofrecía nueces de Ginkgo. También se utilizaba para tratar problemas de asma, bronquitis y trastornos renales y vesicales.

La belleza y la enorme capacidad para resistir los espacios contaminados, han convertido a este árbol en parte del paisaje de grandes ciudades como Londres, Nueva York, Madrid, Barcelona o Buenos Aires. En otoño las hojas de este árbol adquieren una maravillosa coloración dorada, las cuales caen con las primeras tormentas otoñales tiñendo las calles de un melancólico color oro, para volver a brotar en primavera.

Para los budistas, es un árbol sagrado el cual suele plantarse junto a las pagodas y en los jardines de los templos, como reconocimiento a la capacidad de vivir en las condiciones más extremas.


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